martes, 27 de enero de 2009

Crónicas Marteanas

El cielo estaba verde cartulina.
Un cielo de nubes de coral.
Que bien podria haber sido visto a traves de la ventanilla gelatina de un plato volador como alguna mítica especie de lago tropical
de mate cocido, con vapores y sabor a invierno.
Bueno, asi estaba el Cielo.
De ciencia ficción de mañana de Martes.
Martes Morte o Martes Mutt.
Pensando y pensando, vago, en la calle de las siete de la mañana.
Beep Beep canto la antena donde rompen mis ojos Rayban.
La radio en off.
La panaderia expandio el aroma soft pero se mantuvo cerrada y pense en el desayuno y en llegar tarde al día.
Llegue al presente.
Sin embargo sigo temprano. Subo el ascensor.
Abro la puerta del cuarto A, con balcón y living amplio.
Amplio mi visión.
El tv en off.
Desayuno.
Leo la revista de rock.
El cuadernito negro tiene una nueva canción, sin embargo algo no me gusta y tacho frases enteras y me voy del tema.
Ella habla de la vieja jefa que lleva las riendas, la vieja fiera.
Su nombre con C de cosa que no me va.
Nunca le he cantado a la vieja que lleva la llave del cofre del mundo en que vivo.
Bueno, no haré politica no, definitivamente no.
Borrare mi canción.
La negaré.
No hay nada mejor que ver que nada de eso realmente me pone bien.
Porque al final digo, a quién le importa realmente cualquier cosa?.
"Posíblemente tu sigas tu camino,
y yo el mío".

Si.
La calle estaba vacia a las siete de la mañana.
El agua corria por la veredas y se hundia en esos túneles de otros días. Y por un momento me imaginé pequeño, goonie, aventurado
por esos túneles de la vida.
Viendo la aventura de los 9 o los 12.
La guerra con maderas y ramas y chozas en árboles y las aves.
Las aves volando sobre el cielo gris.
Y los dias de tormentas. Y mis ojos con sus problemas de sol y de reflejos.

Los espejos.
Los peinados.
Las salidas.

Las mañanas con caballos y agua y río.

Rio en la calle dura de las siete de la mañana.
Perdido en recuerdos que aveces como peces salen a la superficie.

La laguna se aclara, digo, mi memoria mala se abre.
Como la casa de mi mejor amigo y la amistad que tambien se abre.
Y las piernas de su princesa hermana.

Y el verde del pasto del jardín de la mia casa.

Y todo eso, que entra en una canción, que tacho por creerse demanda.

La vida en papel cartulina en el tacho verde de mi cocina.

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